Un rato después, como 2 horas, volvió a atosigarme.
-Ya estoy aquí.
-Deberías haberte quedado allí.
-¿Por que me echas?
-Bah…
-Bueno, a lo que venía…
-¿A, que venías a algo?
-Calla. Quiero que te pongas un vestido bonito y te pongas guapa. Esta noche te llevo a cenar fuera. –enarqué una ceja y me crucé de brazos.
-¿Y eso por qué?
-¿Acaso no puedo hacerlo?
-No hay quien te entienda.
-¿Y a ti si?
-Danny, vete a dormir un rato quieres?
-Que borde eres.
-Habló el amable.
-¿PERO QUEREIS DEJAR DE DISCUTIR POR ESTUPIDECES E IR CADA UNO A ARREGLARSE A SU CASA? –Gritó Dougie desde fuera.
-¡Dougie! –Contesté – tu si que eres borde
-Calla lagarto – gritó Danny para contestar al rubio que invadía mi jardín. Este entró en casa y cogió de la oreja a Danny, llevándoselo a rastras.
-Adiós Ali. Luego nos vemos –dijo Doug con una sonrisa como si nada.
-Adiós Doug. Adiós orejudo. –contesté sonriendo.
-Me cago en…
-Chiton! –dijo Dougie.
-Mmmm… demasiado formal, demasiado sobrio, demasiado horrendo… cuando coño me compré yo esta… ¿caca de vestido? –dime mirando con horror al vestido, como si se fuera a evaporar con mirarlo así. Lo tiré al suelo y me desplomé en la cama, donde estaban el resto de vestidos que había descartado. – ¿Y yo ahora que me pongo?
Suspiré y me di la vuelta quedando acostada sobre mi estómago. Me dediqué a mirar a la nada mientras me devanaba los sesos. Volví a la tierra y me di cuenta de lo que miraba. Una foto de Nick y mía, hace dos veranos, cuando empezamos a salir, los dos sonriendo en la playa. Inconscientemente cogí el teléfono y marqué su número, que me sabía de memoria.
-Si?
-Nick?
-Ali, que tal?
-Tengo un problema.
-Quieres que vaya?
-Si por favor.
-Estaré ahí enseguida.
-Gracias.
-Me dices que venga porque tienes un problema, y resulta que el problema es que no tienes que ponerte?
-Es un problema de verdad!
-Si aun fuera con alguien de verdad… Pero con Danny?
-Quieres que te diga que te metas en tus asuntos? -Dije cruzándome de brazos y mirándolo mal. La última vez que se lo dije estuvimos una semana enfadados, aunque en realidad la enfadada era yo. Él suspiró y miró mi armario.
-El verde.
-El verde? Cual, este? –dije sacándolo del armario. Un vestido color verde, veraniego, con unos tirantes finos y rígido en la parte del pecho, pero suelto y con varias capas después de la cintura, y que llegaba hasta las rodillas. Lo cierto es que así parece el típico vestido de fiesta y demás, pero en realidad era un vestido de una tela tan fina y vaporosa que era ideal para llevar a un paseo por la playa, o a tomar un helado.
-Si, ese. –dijo Nick con la mirada turbia.
-Por que este? – Nick se quedó en silencio. Después de dos minutos contestó.
-Fue el que te pusiste en nuestra primera cita. –dijo sonriendo. Sabía que estaba recordando. – Y se que estarás mejor con ese vestido que con cualquier otro en el mundo. – Solté el vestido y lo abracé con fuerza, a la vez que el me correspondía al abrazo.
-Sabes que te quiero verdad?
-Si, lo se.
-Siempre te querré, da igual de que modo, pero siempre lo haré.
-Yo te querré igual. Venga, ve a prepararte. –Me separé y sonriendo le di un beso en la mejilla, antes de desaparecer por la puerta del baño.
-No se… -dije dando otra vuelta frente al espejo de nuevo.
-Cree me, te queda igual que entonces.
-Y que me dices con eso? –dije mirándolo con el ceño fruncido.
-Ese día empecé a quererte. Y con este vestido tal vez consigas que el te quiera también.
-El ya me quiere, somos amigos. – Nick agitó la cabeza y sonrió.
-Bueno. Vale.
-No te dijo la hora?
-No.
-Y no estás nerviosa?
-Debería estarlo?
-No se. Que te invite a cenar es muy raro no?
-Si, eso me pregunté yo cuando me lo dijo, pero no se, será para tener alejados a los demás, nose. –dije encogiéndome de hombros. El timbre sonó y mientras yo guardaba el móvil en el bolso, Nick dijo que se iba y que de paso abría la puerta.
-Hola. –dijo Nick a un Danny sonriente al otro lado de la puerta.
-Amm… hola. Está Ali?
-Si, baja ahora. Yo me voy.
-Pues… adiós.
-Más te vale cuidar de ella.
-Lo haré.
-Que no le pase nada o
-Lo he entendido.
-Eso espero. –dijo Nick saliendo por la puerta. Danny miró como se alejaba con un interrogante en la cara. En cuanto giró la esquina, volvió la vista hacia delante y entró en la casa.
-Móvil? Si. Dinero? Si. Brillo de labios? Si. Llaves? Si. Me queda algo…? Creo que no.
Apagué las luces de la habitación y bajé las escaleras rápidamente mientras miraba de nuevo que no me faltara nada del bolso. Levanté la vista y vi a Danny sentado en una de las butacas de la entrada, mirándose distraídamente las uñas. Llevaba unos pantalones negros y una camisa azul oscuro. “Sin duda el azul es su color” pensé. Me quedé parada a dos metros de él y lo observé. No se había dado cuenta de que estaba allí, pues miraba sus uñas interesado y luego se llevaba los dedos a la boca. Vale. Se muerde las uñas.
-Alguien está nervioso? –pregunté sonriendo. Danny se sobresaltó y se levantó de golpe, escondiendo la mano detrás de su espalda.
-Que? –dijo. Me encogí de hombros y sonreí. Él sonrió y me observó. –Vaya… estás… increíble.
-No es para tanto. –dije sonrojándome. Danny se acercó a mi y me acarició la mejilla.
-Cree me. Estás increíble. El color del vestido te hace juego con los ojos.
-Sabes que solamente un 2,9 % de la población mundial tiene los ojos verdes? –dije bajando la mirada e intentando que mis mejillas cambiaran de color.
-Los tendrán verdes, pero no creo que haya ningunos como los tuyos.
-Danny para.-dije riendo.
-Que?
-Deja de decir esas cosas.
-Te da vergüenza que te diga esas cosas?
-Mucha –dije riendo. El rió conmigo.
-Que tonta eres. –dijo dándome un beso en el pelo. Avancé hacia la salida, pero Danny me paró. Tenía un paquetito en la mano.
-¿Qué…?
-Es para ti.
-Danny no tenías que comprarme nada…
-Lo se, pero quería. – me lo ofreció y lo cogí. Lo abrí con cuidado y descubrí un colgante, una clave de sol.
-Danny, es precioso. –dije sonriéndole. El me contestó con una gran sonrisa y lo abracé. – ¿Puedes ponermelo? –me di la vuelta y se lo di. Aparté el pelo hacia un lado y Danny abrochó el colgante con cuidado. Me di la vuelta y me miré en el espejo de la entrada. –Es precioso.
-No tanto como tu. –dijo Danny sonriendo. Me sonrojé y jugué con el colgante entre los dedos. Salimos de casa y montamos en el coche de los chicos, que estaba aparcado junto a la entrada.
Me llevó a un restaurante que… bueno, la verdad es que pensaba que me llevaría a un restaurante de estos finolis y súper elegantes en los que hacer alarde de su dinero y charlar con otros famosos. Pero me equivocaba. Me llevó a un italiano, muy buena elección, pues me encantaba la comida italiana y además ya era bastante elegante e iba mas a juego con mi vestido.
-Vaya. –dije en cuanto el camarero se marchó y nosotros comenzamos a ojear las cartas. Danny levantó la vista de la suya y me miró sonriendo.
-Que?
-Pensaba que me llevarías a un restaurante finolis y elegante.
-No se me habría ocurrido. Recuerdo que me dijiste que preferías cenar en un sitio lleno de gente y de comida rápida que en un restaurante súper elegante.
-Tampoco tanto como uno de comida rápida. Aunque un Mcdonalds si.
-No te pensaba llevar aun Mcdonalds. Ni de coña.
-Tampoco pasaba nada. Dejemos de hablar del Mcdonalds que me entra hambre.
-Está bien.
Pronto nos sirvieron la comida, no había mucha gente, a pesar de ser domingo.
-Y bueno… a que se debe todo esto?
-El que?
-Esta cena Danny.
-Ah. Bueno, quería hablar contigo.
-De que? –dije hundiendo el tenedor en mis tallarines sin levantar la vista.
-Verás… me… creo que me gusta una chica y…
-Sophie? –pregunté interrumpiéndolo y levantando la mirada. El se rascó la nuca.
-No. Es otra chica. Verás. El problema es que no se que hacer para llamar su atención y saber si… si yo le gusto a ella.
-Ammm –dije inclinando la cabeza y entrecerrando los ojos.
-Le he preguntado a Tom y me ha dicho que se lo pregunte a la chica, pero no se, no estoy seguro.
-Y yo estoy aquí por… -Sin saber por que, sentí una presión en mi pecho.
-Tu que crees que debería hacer? – La presión en el pecho desapareció, y dejó paso a una sensación de decepción. Me revolví en el asiento y dejé el tenedor sobre el plato.
-Pues… tal vez…
-Danny? –dijo una voz conocida a mis espaldas.
-So-Sophie? –preguntó este, sorprendido.
-Vaya. No esperaba encontrarte aquí. Y menos con Ali. Hola Ali. – me di la vuelta y sonreí falsamente. Desde que Sophie estuvo con Danny había dejado de llamarla y quedar con ella. No me gustó nada que estuvieran juntos. Me atrevería a decir que me empezaba a caer mal…
-Hola Sophie. –me levanté y le di dos besos, para luego volver a sentarme. Ella fue a junto Danny y este se levantó para saludarla. Lo que yo no me esperaba fue el beso que se dieron… eso fue un… ¿morreo?
Vale. Después de separarse sonrientes se pusieron a hablar y yo alternaba la mirada entre mi plato y ellos. Dejé el tenedor en el plato y me levanté. Danny me miró.
-Voy un momento al… baño. – este asintió con la cabeza y volvió a escuchar a Sophie. Cogí mi bolso y puse dirección al baño, que quedaba al lado de la puerta. Respiré hondo y salí fuera a la vez que las lágrimas comenzaban a nublarme los ojos. Total ya era otra que sobraba.
Bueno, después de siglos sin subir... aquí nuevo capitulo.
Ya tengo internet (AL FIN) así que procuraré subir a menudo, según como me dejen los exámenes y demás. Nada más por ahora, me despido hasta la proxima. Lo de siempre, votar, comentar, hacerme feliz, esas cosas xD
e leido tu historia y me encanta. cuando puedas pasate por mi blog y nos seguimos es http://mina2611@hotmail.com
ResponderEliminar¿Por qué demonios Danny se ha morreado con SOphie? b¬¬ no lo entiendo!
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