12.2.12

Capítulo 23

"Abrázame bien, hoy serás mis ojos verdes diminutos" - "Donde Estabas" Ragdog





Hasta ese momento, había sido la peor pelea que había tenido con Danny. Y eso que me era imposible enfadarme con el.
Bueno, para todo hay una primera vez.
Llevábamos sin hablarnos unos... 18 días. Él por cabezota y yo... igual. Los chicos son los que se disculpan joder. Lo sabe todo el mundo.

Y así estaba, yo en casa, como los últimos 18 días, salvo cuando tenía que ir a trabajar, sin hacer nada, comiendo y viendo pelis. Pero no en plan depresión, sino en plan, "no quiero salir o me encontraré con los morros del cabezón ese" Y en cuanto pensaba eso me ponía a imitar aun mono en mitad del salón saltando y gritando. Pero eso no viene al caso. El caso es que "el cabezón de los morros" se presentó en mi casa 18 días después. Y yo, con mis pelos de otra galaxia y mi pijama hortera de ovejitas -si, era el ultimo pijama limpio que me quedaba, no tenía ganas de poner la lavadora- dije, "es el mono tonto ese, que más da las pintas que lleve" por lo que le dejé pasar sin decir nada y este se sentó en el sofá, suspiró y habló.

-Emmm... lo siento.
-Y el mono habló. Amén. -dije. Habia mencionado que después de 18 días sin apenas salir de casa me había vuelto loca? Si, es que al final acabé como esos 4.
-Ein?
-Déjalo. Sigue.
-Siento lo que hice. Tenías razon. Había quedado contigo, y al menos podría haberte avisado de que llegaría tarde.
-Si.
-Y bueno. También tengo que decirte que ya no tengo nada con Sophie.
-Y eso? -dije sorprendida.
-Bueno... me di cuenta de que antes que los rollos, o lo que fuera ella, están los amigos, y no se deben dar de lado.
-AWWWWWWN -Dije sentándome sobre Danny y abrazándolo. - Que bonito... Parece que al final si piensas, tarde, pero piensas. -Danny me devolvió el abrazo.
-Eh, sin faltar.
-Lo que tu digas. -dije levantándome.
-He dicho que quería que te levantaras?
-No, pero quiero yo, que a ti el contacto fisico te afecta.
-Con ese pijama que llevas tan hortera no te puedo tomar en serio. -una bombillita se me iluminó en la cabeza.
-Verdad que me haces un favor?
-Nose.




-Yo no se poner una lavadora.
-Pues aprendes. Es muy fácil. Esto aquí, esto aquí, pulsas el botón y... voilá!
-Pero si lo haces tu bien.. para que lo voy a hacer yo?
-Porque me da a mi la gana. -dije cruzándome de brazos y haciéndome la enfadada.
-Vale. Ya la pongo yo. -dijo. En cuanto acabó de poner la lavadora vino a junto mía y me abrazó. -Si sabes que no te puedes enfadar conmigo...
-Oye, el ego te lo dejas en casa.
-Lo que tu digas.
-Es mi casa, es lo que yo diga.
-Tranquila, ya pasó.
-No estoy loca, no hagas como que si.
-Ya... bueno, me tengo que ir.
-Ya? Claro, me dejas a mi para tender la ropa sola, muy bonito.
-Es que tengo que hacer cosas de la promoción, y si no llego pronto, Tom me mata.
-Vale, vale, te la tendré en cuenta.
-Rencorosa.





Y durante 3 malditos días, Danny estuvo más pesado y pegajoso que la miel. Aunque la miel es rica, y Danny no... bueno, un poco riquiño si que es... pero da igual, a lo que iba. Que Danny no salía de mi casa ni para cambiarse.





-23 de Enero del 2011-




-Danny, llevas casi 3 días con la misma ropa, y en mi casa, suciedad cero!
-Por que tienes que ser como Tom? -dijo elevando las manos al cielo como si fuera un castigo de Dios.
-Eres un maldito exagerado. Lo siento, pero aunque te duches, hueles. -dije riendo.
-Lo que quieres es echarme.
-Exacto, necesito intimidad y espacio.
-Está bien. Me voy. Pero volveré!
-Si, venga, el año que viene.
-Llorarás por mi!
-Buah, buah, buah, ya lo hago, mira como lloro.


Un rato después, como 2 horas, volvió a atosigarme.

-Ya estoy aquí.

-Deberías haberte quedado allí.

-¿Por que me echas?

-Bah…

-Bueno, a lo que venía…

-¿A, que venías a algo?

-Calla. Quiero que te pongas un vestido bonito y te pongas guapa. Esta noche te llevo a cenar fuera. –enarqué una ceja y me crucé de brazos.

-¿Y eso por qué?

-¿Acaso no puedo hacerlo?

-No hay quien te entienda.

-¿Y a ti si?

-Danny, vete a dormir un rato quieres?

-Que borde eres.

-Habló el amable.

-¿PERO QUEREIS DEJAR DE DISCUTIR POR ESTUPIDECES E IR CADA UNO A ARREGLARSE A SU CASA? –Gritó Dougie desde fuera.

-¡Dougie! –Contesté – tu si que eres borde

-Calla lagarto – gritó Danny para contestar al rubio que invadía mi jardín. Este entró en casa y cogió de la oreja a Danny, llevándoselo a rastras.

-Adiós Ali. Luego nos vemos –dijo Doug con una sonrisa como si nada.

-Adiós Doug. Adiós orejudo. –contesté sonriendo.

-Me cago en…

-Chiton! –dijo Dougie.

-Mmmm… demasiado formal, demasiado sobrio, demasiado horrendo… cuando coño me compré yo esta… ¿caca de vestido? –dime mirando con horror al vestido, como si se fuera a evaporar con mirarlo así. Lo tiré al suelo y me desplomé en la cama, donde estaban el resto de vestidos que había descartado. – ¿Y yo ahora que me pongo?

Suspiré y me di la vuelta quedando acostada sobre mi estómago. Me dediqué a mirar a la nada mientras me devanaba los sesos. Volví a la tierra y me di cuenta de lo que miraba. Una foto de Nick y mía, hace dos veranos, cuando empezamos a salir, los dos sonriendo en la playa. Inconscientemente cogí el teléfono y marqué su número, que me sabía de memoria.

-Si?

-Nick?

-Ali, que tal?

-Tengo un problema.

-Quieres que vaya?

-Si por favor.

-Estaré ahí enseguida.

-Gracias.

-Me dices que venga porque tienes un problema, y resulta que el problema es que no tienes que ponerte?

-Es un problema de verdad!

-Si aun fuera con alguien de verdad… Pero con Danny?

-Quieres que te diga que te metas en tus asuntos? -Dije cruzándome de brazos y mirándolo mal. La última vez que se lo dije estuvimos una semana enfadados, aunque en realidad la enfadada era yo. Él suspiró y miró mi armario.

-El verde.

-El verde? Cual, este? –dije sacándolo del armario. Un vestido color verde, veraniego, con unos tirantes finos y rígido en la parte del pecho, pero suelto y con varias capas después de la cintura, y que llegaba hasta las rodillas. Lo cierto es que así parece el típico vestido de fiesta y demás, pero en realidad era un vestido de una tela tan fina y vaporosa que era ideal para llevar a un paseo por la playa, o a tomar un helado.

-Si, ese. –dijo Nick con la mirada turbia.

-Por que este? – Nick se quedó en silencio. Después de dos minutos contestó.

-Fue el que te pusiste en nuestra primera cita. –dijo sonriendo. Sabía que estaba recordando. – Y se que estarás mejor con ese vestido que con cualquier otro en el mundo. – Solté el vestido y lo abracé con fuerza, a la vez que el me correspondía al abrazo.

-Sabes que te quiero verdad?

-Si, lo se.

-Siempre te querré, da igual de que modo, pero siempre lo haré.

-Yo te querré igual. Venga, ve a prepararte. –Me separé y sonriendo le di un beso en la mejilla, antes de desaparecer por la puerta del baño.

-No se… -dije dando otra vuelta frente al espejo de nuevo.

-Cree me, te queda igual que entonces.

-Y que me dices con eso? –dije mirándolo con el ceño fruncido.

-Ese día empecé a quererte. Y con este vestido tal vez consigas que el te quiera también.

-El ya me quiere, somos amigos. – Nick agitó la cabeza y sonrió.

-Bueno. Vale.

-No te dijo la hora?

-No.

-Y no estás nerviosa?

-Debería estarlo?

-No se. Que te invite a cenar es muy raro no?

-Si, eso me pregunté yo cuando me lo dijo, pero no se, será para tener alejados a los demás, nose. –dije encogiéndome de hombros. El timbre sonó y mientras yo guardaba el móvil en el bolso, Nick dijo que se iba y que de paso abría la puerta.

-Hola. –dijo Nick a un Danny sonriente al otro lado de la puerta.

-Amm… hola. Está Ali?

-Si, baja ahora. Yo me voy.

-Pues… adiós.

-Más te vale cuidar de ella.

-Lo haré.

-Que no le pase nada o

-Lo he entendido.

-Eso espero. –dijo Nick saliendo por la puerta. Danny miró como se alejaba con un interrogante en la cara. En cuanto giró la esquina, volvió la vista hacia delante y entró en la casa.

-Móvil? Si. Dinero? Si. Brillo de labios? Si. Llaves? Si. Me queda algo…? Creo que no.

Apagué las luces de la habitación y bajé las escaleras rápidamente mientras miraba de nuevo que no me faltara nada del bolso. Levanté la vista y vi a Danny sentado en una de las butacas de la entrada, mirándose distraídamente las uñas. Llevaba unos pantalones negros y una camisa azul oscuro. “Sin duda el azul es su color” pensé. Me quedé parada a dos metros de él y lo observé. No se había dado cuenta de que estaba allí, pues miraba sus uñas interesado y luego se llevaba los dedos a la boca. Vale. Se muerde las uñas.

-Alguien está nervioso? –pregunté sonriendo. Danny se sobresaltó y se levantó de golpe, escondiendo la mano detrás de su espalda.

-Que? –dijo. Me encogí de hombros y sonreí. Él sonrió y me observó. –Vaya… estás… increíble.

-No es para tanto. –dije sonrojándome. Danny se acercó a mi y me acarició la mejilla.

-Cree me. Estás increíble. El color del vestido te hace juego con los ojos.

-Sabes que solamente un 2,9 % de la población mundial tiene los ojos verdes? –dije bajando la mirada e intentando que mis mejillas cambiaran de color.

-Los tendrán verdes, pero no creo que haya ningunos como los tuyos.

-Danny para.-dije riendo.

-Que?

-Deja de decir esas cosas.

-Te da vergüenza que te diga esas cosas?

-Mucha –dije riendo. El rió conmigo.

-Que tonta eres. –dijo dándome un beso en el pelo. Avancé hacia la salida, pero Danny me paró. Tenía un paquetito en la mano.

-¿Qué…?

-Es para ti.

-Danny no tenías que comprarme nada…

-Lo se, pero quería. – me lo ofreció y lo cogí. Lo abrí con cuidado y descubrí un colgante, una clave de sol.

-Danny, es precioso. –dije sonriéndole. El me contestó con una gran sonrisa y lo abracé. – ¿Puedes ponermelo? –me di la vuelta y se lo di. Aparté el pelo hacia un lado y Danny abrochó el colgante con cuidado. Me di la vuelta y me miré en el espejo de la entrada. –Es precioso.

-No tanto como tu. –dijo Danny sonriendo. Me sonrojé y jugué con el colgante entre los dedos. Salimos de casa y montamos en el coche de los chicos, que estaba aparcado junto a la entrada.

Me llevó a un restaurante que… bueno, la verdad es que pensaba que me llevaría a un restaurante de estos finolis y súper elegantes en los que hacer alarde de su dinero y charlar con otros famosos. Pero me equivocaba. Me llevó a un italiano, muy buena elección, pues me encantaba la comida italiana y además ya era bastante elegante e iba mas a juego con mi vestido.

-Vaya. –dije en cuanto el camarero se marchó y nosotros comenzamos a ojear las cartas. Danny levantó la vista de la suya y me miró sonriendo.

-Que?

-Pensaba que me llevarías a un restaurante finolis y elegante.

-No se me habría ocurrido. Recuerdo que me dijiste que preferías cenar en un sitio lleno de gente y de comida rápida que en un restaurante súper elegante.

-Tampoco tanto como uno de comida rápida. Aunque un Mcdonalds si.

-No te pensaba llevar aun Mcdonalds. Ni de coña.

-Tampoco pasaba nada. Dejemos de hablar del Mcdonalds que me entra hambre.

-Está bien.

Pronto nos sirvieron la comida, no había mucha gente, a pesar de ser domingo.

-Y bueno… a que se debe todo esto?

-El que?

-Esta cena Danny.

-Ah. Bueno, quería hablar contigo.

-De que? –dije hundiendo el tenedor en mis tallarines sin levantar la vista.

-Verás… me… creo que me gusta una chica y…

-Sophie? –pregunté interrumpiéndolo y levantando la mirada. El se rascó la nuca.

-No. Es otra chica. Verás. El problema es que no se que hacer para llamar su atención y saber si… si yo le gusto a ella.

-Ammm –dije inclinando la cabeza y entrecerrando los ojos.

-Le he preguntado a Tom y me ha dicho que se lo pregunte a la chica, pero no se, no estoy seguro.

-Y yo estoy aquí por… -Sin saber por que, sentí una presión en mi pecho.

-Tu que crees que debería hacer? – La presión en el pecho desapareció, y dejó paso a una sensación de decepción. Me revolví en el asiento y dejé el tenedor sobre el plato.

-Pues… tal vez…

-Danny? –dijo una voz conocida a mis espaldas.

-So-Sophie? –preguntó este, sorprendido.

-Vaya. No esperaba encontrarte aquí. Y menos con Ali. Hola Ali. – me di la vuelta y sonreí falsamente. Desde que Sophie estuvo con Danny había dejado de llamarla y quedar con ella. No me gustó nada que estuvieran juntos. Me atrevería a decir que me empezaba a caer mal…

-Hola Sophie. –me levanté y le di dos besos, para luego volver a sentarme. Ella fue a junto Danny y este se levantó para saludarla. Lo que yo no me esperaba fue el beso que se dieron… eso fue un… ¿morreo?

Vale. Después de separarse sonrientes se pusieron a hablar y yo alternaba la mirada entre mi plato y ellos. Dejé el tenedor en el plato y me levanté. Danny me miró.

-Voy un momento al… baño. – este asintió con la cabeza y volvió a escuchar a Sophie. Cogí mi bolso y puse dirección al baño, que quedaba al lado de la puerta. Respiré hondo y salí fuera a la vez que las lágrimas comenzaban a nublarme los ojos. Total ya era otra que sobraba.



Bueno, después de siglos sin subir... aquí nuevo capitulo.

Ya tengo internet (AL FIN) así que procuraré subir a menudo, según como me dejen los exámenes y demás. Nada más por ahora, me despido hasta la proxima. Lo de siempre, votar, comentar, hacerme feliz, esas cosas xD