31.7.12

Nueva historia!!

Tengo un nuevo blog con nueva historia, que alguien se pase por favooor. Acabaré el resto de las historias, lo prometo :)

15.6.12

Capítulo 24

"Everyday should be a new day, to make you smile and find a new way to falling in love" - Falling in love-McFly


-23 de Enero del 2011- 23:46h

Utilizada. Me sentía utilizada e inútil. Todo por intentar ayudarlo. Todo por querer ser la mejor amiga posible. Por volver a verlo sonreír en vez de llorar, como había echo tiempo atrás. Todo negando lo que sentía.

-Estúpido Jones. – murmuré caminando hacia la entrada de casa.

Busqué las llaves en el bolso. Cuando las encontré levanté la mirada & lo vi allí, sentado en las escaleras, mirando al suelo.

-¿Que coño haces aquí Daniel? – casi escupí. El levantó la mirada & me vio. Se levantó rápidamente & se acercó a mi. Di un paso atrás, lo que hizo que parara & me escrutara con sus azules ojos.

Tenía ganas de pegarle, ni siquiera sabía por que, pero quería hacerlo.

-Alice…

-No me llames así. Para ti soy Alicia.

-¿Pero que he hecho!?

-… - a eso no podía contestar. Solamente yo sabía que lo que únicamente él había echo había sido volverme loca, puede que sin ni siquiera saber que lo hacia. – ¡Existir Daniel, existir! – grité. Las lágrimas volvían a mis ojos & se deslizaban por mis mejillas. & él me miraba preocupado. Quería consolarme, quería decirme que todo iría bien, pero ni el sabía lo que iba mal. Él no sabía nada. Y yo solamente podía quedarme callada viendo como él me restregaba por las narices todo lo que hacía.

-Ali por favor… ¿que puedo hacer para que me perdones? Es que ni siquiera se lo que he hecho! - Dijo mientras daba un paso adelante. Levanté la mirada del suelo para clavarla en la suya, fulminándolo con ella.

-No quiero que vuelvas a mi casa a pedirme cosas que no me apetece decirte. – susurré.

-Que?

-No me vuelvas a pedir consejos sobre como sorprender a esa chica de la que estás “enamorado” – dije remarcando la palabra con mis manos. – No me interesa. y aunque no te des cuenta, cansa y jode mucho. No quiero saber más de eso. No quiero ser tu consejero personal Jones. Estoy harta de todas esas gilipolleces que me sonsacas para sorprender a dicha chica. No quiero saberlo! Así que tus preguntas te las metes por el culo, o vete a preguntarle a Tom, que su relación va viento en popa, en vez de preguntar a gente que hace tiempo que no la tiene. – Lo solté todo exagerando con las manos. Resoplé y pasé por su lado llorando con más fuerza para dirigirme a la puerta y hacerlo desaparecer de mi vista de una maldita vez. Pero no, el señorito tiene que seguir ahí, sin moverse. Me da igual si le dolieron mis palabras. Si quería que fuera clara, lo fui, eso era lo que sentía.

Me disponía a introducir la llave en la cerradura pero un brazo me lo impidió. Danny me hizo darme la vuelta y me abrazó. Dios, lo necesitaba tanto en ese momento. Parecía mentira que el único que sabía calmarme fuera el causante de mi intranquilidad en ese momento. Lo apreté contra mi y lloré, mientras él me acariciaba la espalda y susurraba contra mi cabeza.

-Todo irá bien, tranquila.

Lo empujé lejos de mi y me di la vuelta introduciendo rápidamente las llaves en la cerradura, para seguidamente abrir la puerta, entrar y cerrar detrás de mi. Me apoyé en la puerta cerrando los ojos y me dejé caer hasta el suelo, tirando el bolso al pie de las escaleras, seguidamente de los zapatos.

Sentí como él se acercaba a la puerta y se apoyaba en ella también, suspirando.

-Ali, por favor abre la puerta.

-Vuelve cuando dejes atrás todas tus batallitas, porque no estaré aquí para escucharlas. – murmuré a la puerta. Sabía que me estaba escuchando.

-Lo haces todo tan difícil…

-Que te jodan Daniel. - y acto seguido subí las escaleras corriendo mientras lloraba a mares.

-24 de Enero de 2011- 00:06h

Lo primero que hice al llegar a mi habitación fue quitarme ese colgante que llevaba y tirarlo contra la pared. Me sentía estúpida llevando algo que él me había dado, por muy bonito que fuera.

Me puse el pijama mientras las lágrimas recorrían mis mejillas lentamente. Y yo solamente las secaba de vez en cuando con la mano para dejar paso a otras nuevas. Las imágenes acuden sin descanso a mi cabeza, intentando volverme loca, y yo las recuerdo con todo lujo de detalles. La chica, él y un beso. Con esa simple frase puedo resumir que es lo que en este momento me hunde en la miseria.

No sabía cuando había ocurrido, pero esa simple imagen me quemaba la cabeza y me molestaba.

Cogí mi guitarra y me senté en el suelo delante de la chimenea previamente encendida, donde tantos momentos habíamos compartido, y para hundirme más decido tocar esa canción, la canción que tantas veces habíamos tocado allí, en el mismo lugar donde me encontraba yo ahora, en muchas de las noches donde nos lo contábamos todo.

Pero esta vez canto sin preocuparme de si desafino, sin preocuparme por si las lágrimas que recorren mis mejillas sin descanso vayan a parar a mi boca, saladas y frías. La toco una y otra vez, hasta que al final, antes de dejar la guitarra a un lado y apoyar la cabeza contra los pies de la cama y caer rendida de cansancio e impotencia, dejo salir una sonrisa a la vez que lágrimas, porque la canción al fin y al cabo algo de razón lleva, porque se parece a nuestra historia, o al menos, a la que yo quería creer.

“Wishin' I could be in California, I wanna tell ya when I call ya, I could've fallen in love, I wish I'd fallen in love.”





Bueeeno, aqui estoy, subo ahora porque tenía esto ya escrito y así me desahogo un rato.

Subiré proximamente y rescataré (esta vez si) mis historias, a ver si es de esta!

Besos amores, love you all <3

Miiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiis más sinceras disculpas

Vale, se que merezco muerte y destrucción... no tengo excusa looooooo siento.
Pero ahora si. La semana que viene acabo los examenes y acabaré el capítulo siguiente y subiré y me pondré a ello, lo prometo.


PD:Volveré, y será para quedarme! Muajajajajaja

12.2.12

Capítulo 23

"Abrázame bien, hoy serás mis ojos verdes diminutos" - "Donde Estabas" Ragdog





Hasta ese momento, había sido la peor pelea que había tenido con Danny. Y eso que me era imposible enfadarme con el.
Bueno, para todo hay una primera vez.
Llevábamos sin hablarnos unos... 18 días. Él por cabezota y yo... igual. Los chicos son los que se disculpan joder. Lo sabe todo el mundo.

Y así estaba, yo en casa, como los últimos 18 días, salvo cuando tenía que ir a trabajar, sin hacer nada, comiendo y viendo pelis. Pero no en plan depresión, sino en plan, "no quiero salir o me encontraré con los morros del cabezón ese" Y en cuanto pensaba eso me ponía a imitar aun mono en mitad del salón saltando y gritando. Pero eso no viene al caso. El caso es que "el cabezón de los morros" se presentó en mi casa 18 días después. Y yo, con mis pelos de otra galaxia y mi pijama hortera de ovejitas -si, era el ultimo pijama limpio que me quedaba, no tenía ganas de poner la lavadora- dije, "es el mono tonto ese, que más da las pintas que lleve" por lo que le dejé pasar sin decir nada y este se sentó en el sofá, suspiró y habló.

-Emmm... lo siento.
-Y el mono habló. Amén. -dije. Habia mencionado que después de 18 días sin apenas salir de casa me había vuelto loca? Si, es que al final acabé como esos 4.
-Ein?
-Déjalo. Sigue.
-Siento lo que hice. Tenías razon. Había quedado contigo, y al menos podría haberte avisado de que llegaría tarde.
-Si.
-Y bueno. También tengo que decirte que ya no tengo nada con Sophie.
-Y eso? -dije sorprendida.
-Bueno... me di cuenta de que antes que los rollos, o lo que fuera ella, están los amigos, y no se deben dar de lado.
-AWWWWWWN -Dije sentándome sobre Danny y abrazándolo. - Que bonito... Parece que al final si piensas, tarde, pero piensas. -Danny me devolvió el abrazo.
-Eh, sin faltar.
-Lo que tu digas. -dije levantándome.
-He dicho que quería que te levantaras?
-No, pero quiero yo, que a ti el contacto fisico te afecta.
-Con ese pijama que llevas tan hortera no te puedo tomar en serio. -una bombillita se me iluminó en la cabeza.
-Verdad que me haces un favor?
-Nose.




-Yo no se poner una lavadora.
-Pues aprendes. Es muy fácil. Esto aquí, esto aquí, pulsas el botón y... voilá!
-Pero si lo haces tu bien.. para que lo voy a hacer yo?
-Porque me da a mi la gana. -dije cruzándome de brazos y haciéndome la enfadada.
-Vale. Ya la pongo yo. -dijo. En cuanto acabó de poner la lavadora vino a junto mía y me abrazó. -Si sabes que no te puedes enfadar conmigo...
-Oye, el ego te lo dejas en casa.
-Lo que tu digas.
-Es mi casa, es lo que yo diga.
-Tranquila, ya pasó.
-No estoy loca, no hagas como que si.
-Ya... bueno, me tengo que ir.
-Ya? Claro, me dejas a mi para tender la ropa sola, muy bonito.
-Es que tengo que hacer cosas de la promoción, y si no llego pronto, Tom me mata.
-Vale, vale, te la tendré en cuenta.
-Rencorosa.





Y durante 3 malditos días, Danny estuvo más pesado y pegajoso que la miel. Aunque la miel es rica, y Danny no... bueno, un poco riquiño si que es... pero da igual, a lo que iba. Que Danny no salía de mi casa ni para cambiarse.





-23 de Enero del 2011-




-Danny, llevas casi 3 días con la misma ropa, y en mi casa, suciedad cero!
-Por que tienes que ser como Tom? -dijo elevando las manos al cielo como si fuera un castigo de Dios.
-Eres un maldito exagerado. Lo siento, pero aunque te duches, hueles. -dije riendo.
-Lo que quieres es echarme.
-Exacto, necesito intimidad y espacio.
-Está bien. Me voy. Pero volveré!
-Si, venga, el año que viene.
-Llorarás por mi!
-Buah, buah, buah, ya lo hago, mira como lloro.


Un rato después, como 2 horas, volvió a atosigarme.

-Ya estoy aquí.

-Deberías haberte quedado allí.

-¿Por que me echas?

-Bah…

-Bueno, a lo que venía…

-¿A, que venías a algo?

-Calla. Quiero que te pongas un vestido bonito y te pongas guapa. Esta noche te llevo a cenar fuera. –enarqué una ceja y me crucé de brazos.

-¿Y eso por qué?

-¿Acaso no puedo hacerlo?

-No hay quien te entienda.

-¿Y a ti si?

-Danny, vete a dormir un rato quieres?

-Que borde eres.

-Habló el amable.

-¿PERO QUEREIS DEJAR DE DISCUTIR POR ESTUPIDECES E IR CADA UNO A ARREGLARSE A SU CASA? –Gritó Dougie desde fuera.

-¡Dougie! –Contesté – tu si que eres borde

-Calla lagarto – gritó Danny para contestar al rubio que invadía mi jardín. Este entró en casa y cogió de la oreja a Danny, llevándoselo a rastras.

-Adiós Ali. Luego nos vemos –dijo Doug con una sonrisa como si nada.

-Adiós Doug. Adiós orejudo. –contesté sonriendo.

-Me cago en…

-Chiton! –dijo Dougie.

-Mmmm… demasiado formal, demasiado sobrio, demasiado horrendo… cuando coño me compré yo esta… ¿caca de vestido? –dime mirando con horror al vestido, como si se fuera a evaporar con mirarlo así. Lo tiré al suelo y me desplomé en la cama, donde estaban el resto de vestidos que había descartado. – ¿Y yo ahora que me pongo?

Suspiré y me di la vuelta quedando acostada sobre mi estómago. Me dediqué a mirar a la nada mientras me devanaba los sesos. Volví a la tierra y me di cuenta de lo que miraba. Una foto de Nick y mía, hace dos veranos, cuando empezamos a salir, los dos sonriendo en la playa. Inconscientemente cogí el teléfono y marqué su número, que me sabía de memoria.

-Si?

-Nick?

-Ali, que tal?

-Tengo un problema.

-Quieres que vaya?

-Si por favor.

-Estaré ahí enseguida.

-Gracias.

-Me dices que venga porque tienes un problema, y resulta que el problema es que no tienes que ponerte?

-Es un problema de verdad!

-Si aun fuera con alguien de verdad… Pero con Danny?

-Quieres que te diga que te metas en tus asuntos? -Dije cruzándome de brazos y mirándolo mal. La última vez que se lo dije estuvimos una semana enfadados, aunque en realidad la enfadada era yo. Él suspiró y miró mi armario.

-El verde.

-El verde? Cual, este? –dije sacándolo del armario. Un vestido color verde, veraniego, con unos tirantes finos y rígido en la parte del pecho, pero suelto y con varias capas después de la cintura, y que llegaba hasta las rodillas. Lo cierto es que así parece el típico vestido de fiesta y demás, pero en realidad era un vestido de una tela tan fina y vaporosa que era ideal para llevar a un paseo por la playa, o a tomar un helado.

-Si, ese. –dijo Nick con la mirada turbia.

-Por que este? – Nick se quedó en silencio. Después de dos minutos contestó.

-Fue el que te pusiste en nuestra primera cita. –dijo sonriendo. Sabía que estaba recordando. – Y se que estarás mejor con ese vestido que con cualquier otro en el mundo. – Solté el vestido y lo abracé con fuerza, a la vez que el me correspondía al abrazo.

-Sabes que te quiero verdad?

-Si, lo se.

-Siempre te querré, da igual de que modo, pero siempre lo haré.

-Yo te querré igual. Venga, ve a prepararte. –Me separé y sonriendo le di un beso en la mejilla, antes de desaparecer por la puerta del baño.

-No se… -dije dando otra vuelta frente al espejo de nuevo.

-Cree me, te queda igual que entonces.

-Y que me dices con eso? –dije mirándolo con el ceño fruncido.

-Ese día empecé a quererte. Y con este vestido tal vez consigas que el te quiera también.

-El ya me quiere, somos amigos. – Nick agitó la cabeza y sonrió.

-Bueno. Vale.

-No te dijo la hora?

-No.

-Y no estás nerviosa?

-Debería estarlo?

-No se. Que te invite a cenar es muy raro no?

-Si, eso me pregunté yo cuando me lo dijo, pero no se, será para tener alejados a los demás, nose. –dije encogiéndome de hombros. El timbre sonó y mientras yo guardaba el móvil en el bolso, Nick dijo que se iba y que de paso abría la puerta.

-Hola. –dijo Nick a un Danny sonriente al otro lado de la puerta.

-Amm… hola. Está Ali?

-Si, baja ahora. Yo me voy.

-Pues… adiós.

-Más te vale cuidar de ella.

-Lo haré.

-Que no le pase nada o

-Lo he entendido.

-Eso espero. –dijo Nick saliendo por la puerta. Danny miró como se alejaba con un interrogante en la cara. En cuanto giró la esquina, volvió la vista hacia delante y entró en la casa.

-Móvil? Si. Dinero? Si. Brillo de labios? Si. Llaves? Si. Me queda algo…? Creo que no.

Apagué las luces de la habitación y bajé las escaleras rápidamente mientras miraba de nuevo que no me faltara nada del bolso. Levanté la vista y vi a Danny sentado en una de las butacas de la entrada, mirándose distraídamente las uñas. Llevaba unos pantalones negros y una camisa azul oscuro. “Sin duda el azul es su color” pensé. Me quedé parada a dos metros de él y lo observé. No se había dado cuenta de que estaba allí, pues miraba sus uñas interesado y luego se llevaba los dedos a la boca. Vale. Se muerde las uñas.

-Alguien está nervioso? –pregunté sonriendo. Danny se sobresaltó y se levantó de golpe, escondiendo la mano detrás de su espalda.

-Que? –dijo. Me encogí de hombros y sonreí. Él sonrió y me observó. –Vaya… estás… increíble.

-No es para tanto. –dije sonrojándome. Danny se acercó a mi y me acarició la mejilla.

-Cree me. Estás increíble. El color del vestido te hace juego con los ojos.

-Sabes que solamente un 2,9 % de la población mundial tiene los ojos verdes? –dije bajando la mirada e intentando que mis mejillas cambiaran de color.

-Los tendrán verdes, pero no creo que haya ningunos como los tuyos.

-Danny para.-dije riendo.

-Que?

-Deja de decir esas cosas.

-Te da vergüenza que te diga esas cosas?

-Mucha –dije riendo. El rió conmigo.

-Que tonta eres. –dijo dándome un beso en el pelo. Avancé hacia la salida, pero Danny me paró. Tenía un paquetito en la mano.

-¿Qué…?

-Es para ti.

-Danny no tenías que comprarme nada…

-Lo se, pero quería. – me lo ofreció y lo cogí. Lo abrí con cuidado y descubrí un colgante, una clave de sol.

-Danny, es precioso. –dije sonriéndole. El me contestó con una gran sonrisa y lo abracé. – ¿Puedes ponermelo? –me di la vuelta y se lo di. Aparté el pelo hacia un lado y Danny abrochó el colgante con cuidado. Me di la vuelta y me miré en el espejo de la entrada. –Es precioso.

-No tanto como tu. –dijo Danny sonriendo. Me sonrojé y jugué con el colgante entre los dedos. Salimos de casa y montamos en el coche de los chicos, que estaba aparcado junto a la entrada.

Me llevó a un restaurante que… bueno, la verdad es que pensaba que me llevaría a un restaurante de estos finolis y súper elegantes en los que hacer alarde de su dinero y charlar con otros famosos. Pero me equivocaba. Me llevó a un italiano, muy buena elección, pues me encantaba la comida italiana y además ya era bastante elegante e iba mas a juego con mi vestido.

-Vaya. –dije en cuanto el camarero se marchó y nosotros comenzamos a ojear las cartas. Danny levantó la vista de la suya y me miró sonriendo.

-Que?

-Pensaba que me llevarías a un restaurante finolis y elegante.

-No se me habría ocurrido. Recuerdo que me dijiste que preferías cenar en un sitio lleno de gente y de comida rápida que en un restaurante súper elegante.

-Tampoco tanto como uno de comida rápida. Aunque un Mcdonalds si.

-No te pensaba llevar aun Mcdonalds. Ni de coña.

-Tampoco pasaba nada. Dejemos de hablar del Mcdonalds que me entra hambre.

-Está bien.

Pronto nos sirvieron la comida, no había mucha gente, a pesar de ser domingo.

-Y bueno… a que se debe todo esto?

-El que?

-Esta cena Danny.

-Ah. Bueno, quería hablar contigo.

-De que? –dije hundiendo el tenedor en mis tallarines sin levantar la vista.

-Verás… me… creo que me gusta una chica y…

-Sophie? –pregunté interrumpiéndolo y levantando la mirada. El se rascó la nuca.

-No. Es otra chica. Verás. El problema es que no se que hacer para llamar su atención y saber si… si yo le gusto a ella.

-Ammm –dije inclinando la cabeza y entrecerrando los ojos.

-Le he preguntado a Tom y me ha dicho que se lo pregunte a la chica, pero no se, no estoy seguro.

-Y yo estoy aquí por… -Sin saber por que, sentí una presión en mi pecho.

-Tu que crees que debería hacer? – La presión en el pecho desapareció, y dejó paso a una sensación de decepción. Me revolví en el asiento y dejé el tenedor sobre el plato.

-Pues… tal vez…

-Danny? –dijo una voz conocida a mis espaldas.

-So-Sophie? –preguntó este, sorprendido.

-Vaya. No esperaba encontrarte aquí. Y menos con Ali. Hola Ali. – me di la vuelta y sonreí falsamente. Desde que Sophie estuvo con Danny había dejado de llamarla y quedar con ella. No me gustó nada que estuvieran juntos. Me atrevería a decir que me empezaba a caer mal…

-Hola Sophie. –me levanté y le di dos besos, para luego volver a sentarme. Ella fue a junto Danny y este se levantó para saludarla. Lo que yo no me esperaba fue el beso que se dieron… eso fue un… ¿morreo?

Vale. Después de separarse sonrientes se pusieron a hablar y yo alternaba la mirada entre mi plato y ellos. Dejé el tenedor en el plato y me levanté. Danny me miró.

-Voy un momento al… baño. – este asintió con la cabeza y volvió a escuchar a Sophie. Cogí mi bolso y puse dirección al baño, que quedaba al lado de la puerta. Respiré hondo y salí fuera a la vez que las lágrimas comenzaban a nublarme los ojos. Total ya era otra que sobraba.



Bueno, después de siglos sin subir... aquí nuevo capitulo.

Ya tengo internet (AL FIN) así que procuraré subir a menudo, según como me dejen los exámenes y demás. Nada más por ahora, me despido hasta la proxima. Lo de siempre, votar, comentar, hacerme feliz, esas cosas xD